Descansar: un compromiso con nuestra salud
Si algo tenemos en común los
habitantes del siglo XXI, es la velocidad. La vida nos propone infinidad de
retos a los que tenemos que responder: trabajamos, cumplimos con nuestras
obligaciones y compromisos, cuidamos a nuestras familias. Intentamos ser
mejores cada día, hacer las cosas bien, no defraudar a quienes nos rodea y no
defraudarnos a nosotros mismos y así, día tras día, hasta que nos damos cuenta
de que a pesar de nuestros esfuerzos empezamos a fallar, no por falta de
voluntad, sino porque nuestro cuerpo y nuestra mente no están respondiendo como
debe ser.
Posiblemente intentemos comer
bien, hacer deporte, evitar las sustancias dañinas y aun así no nos hallamos al
ciento por ciento. La respuesta en muchos casos es muy sencilla: nos encontramos
agotados. El descanso se ha convertido en lujo. Las demandas del día a día
aumentan y las horas siguen siendo las mismas 24 para responder a todo aquellos
con lo que estamos comprometidos. El tiempo extra no se le puede quitar al
trabajo, no puede salir de los momentos con los hijos o la familia. Así que de dónde
sale? Del que se supone que debemos emplear en reposo. Cero minutos de quietud
durante el día y menos horas de sueño para que las responsabilidades no nos
atropellen.
Pero descansar, aunque no lo
tengamos tan claro, es una obligación de cuidado con nosotros mismos. En ese
tiempo el cuerpo se recupera del estrés, de los excesos (sean de trabajo, de
estudio, de actividad) y la mente logra equilibrarse. Igual que un motor que
tiene que detenerse cada tantas horas para no quemarse, el cuerpo y la mente
requieren reposo real, de calidad, para estar en forma y como en la
cotidianidad es a veces imposible lograrlo, se debe intentar que la época de vacaciones
este llena de esos momentos de descanso. Muchos cometemos el error de acumular
tareas para “cuando tenga el tiempo”, es decir, para vacaciones y con ello lo
que se consigue es aumentar más aun el agotamiento de esa maquinaria perfecta
formada por nuestro cuerpo y nuestra mente y al regresar, seguir acumulando
fatigas y exponiéndonos a una salud más frágil y una capacidad de autoprotección
menor.
Por ello es importante parar. Es importante
tener un espacio de corte para comenzar con fuerzas y energías renovadas, para
permitir que nuestro cuerpo y mente se equilibren y sanen, porque si les damos
la oportunidad, pueden hacerlo. Esta es una invitación para que nos tomemos
en serio el descanso, para que en esta época
de vacaciones que se avecina, seamos responsables y justos con nosotros mismos
y bajemos el ritmo, durmamos las ocho horas que nuestro cuerpo necesita,
pasemos mayor tiempo con los seres queridos, hagamos una siesta reparadora, nos
olvidemos de los trabajos y obligaciones pendientes y nos permitamos ser, no
ejecutivos, no estudiantes, sino simplemente seres humanos que sienten,
disfrutan y viven. El descanso no debe ser un lujo ni es, aun muchos lo
piensen, una pérdida de tiempo. Es una inversión en salud y bienestar.
Fuente: Revista 5sentidos
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